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Hoy, 23 de mayo de 2020, la ciudadanía sale a las calles convocada por los partidos de la derecha española a manifestarse en contra de la actuación del Gobierno frente a la crisis sanitaria y económica ocasionada por el coronavirus. Los manifestantes acuden a su cita adornados con banderas españolas, y envueltos en los colores rojo y amarillo, clamando por la libertad que les ha sido arrebatada con el confinamiento decretado por el Gobierno.
Miles de banderines engalanando coches y motos, banderas estampadas en las camisetas y mascarillas de los manifestantes, otras alzadas en sus manos, globos rojos y amarillos.
No vamos a discutir sobre la idoneidad de esta manifestación, ahora que sabemos las consecuencias de las aglomeraciones de personas incumpliendo las medidas sanitarias, todavía durante el estado de alarma, y en pleno inicio de la recuperación, con el retroceso de contagios y diminución de fallecidos que hemos podido observar en los últimos días. Tumulto de personas que, a todas luces, es inapropiado todavía, pues habrá tiempo de reproches políticos cuando sea pertinente.
La misma derecha que hoy sale a manifestarse, ponía el grito en el cielo por las manifestaciones feministas del 8 de marzo. No entraremos a juzgar si fueron adecuadas o no, porque la información que se manejaba en marzo de la pandemia no permitía grandes vaticinios, por no decir que ni siquiera nos encontrábamos en estado de alarma. Hoy sí sabemos las consecuencias de la reunión de muchedumbres, y no auguran nada mejor de lo que ya hemos vivido.
El tema que trataremos en este post es la utilización de la bandera de España en manifestaciones o actos políticos organizados por la derecha española.
En el siguiente video, podemos ver a Angela Merkel, canciller de Alemania y presidenta de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU, en alemán) desde el año 2000 hasta 2018, un partido de carácter conservador y religioso que en España atribuiríamos a la derecha, apurándose a impedir la utilización de la bandera nacional de Alemania en un acto político de su propio partido.
El presente video data de finales de septiembre de 2013, cuando el CDU obtuvo una mayoría aplastante en las elecciones acaparando el 41,6 % de los votos.
Observamos como, inmediatamente, la canciller arranca la bandera alemana de la mano a su compañero de partido con gesto rápido y se deshace del banderín dándoselo a alguien del público, a la vez que pone un gesto contrariado.
Resulta que en Alemania, el uso de banderas y otros símbolos nacionales no es algo habitual, y ello se debe a una reacción contundente contra la expansión del nacionalismo irracional, tal y como había hecho el Partido Nazi liderado por Hitler, cuyas consecuencias todos conocemos.
De este modo, el uso de las banderas alemanas queda relegado a las autoridades oficiales en ocasiones muy especiales o actos institucionales, así como para el pueblo en eventos deportivos, o de otro tipo, como Eurovisión; pero está especialmente mal visto su uso por parte de partidos políticos.
El mensaje que se ha conseguido transmitir en Alemania, y que sus políticos han respetado, es que la bandera nacional no pertenece a ningún partido político, sea cual sea su ideología, porque pertenece al pueblo. Nadie se aprovecha de su bandera, y ningún partido es más patriota que el otro. En Alemania consideran que la bandera es un símbolo de todos que no se debe utilizar para fines partidistas, pues lo contrario puede ser peligroso.
En España no hemos aprendido nada ni de nuestra propia historia, ni de la historia de los países vecinos. En nuestro país nada se ha hecho para evitar llegar a este extremo. La bandera española ha sido politizada, de tal modo que si una persona porta nuestros colores -conducta, a su vez, innecesaria-, automáticamente es señalada como alguien que simpatiza con la derecha. Y, desafortunadamente, habremos acertado, cuando lo cierto es que la única información que ello nos debería aportar es que se trata de una persona española; no debería arrojar ningún dato acerca de su ideología política.
A continuación, facilitamos un video ilustrativo en el siguiente enlace.
En resumen:
Como curiosidad apuntamos que brilla por su ausencia el escudo del antiguo Reino de Galicia, y esto se debe a que se entendía dependiente del Reino de León.
El artículo 4 de la Constitución española dice que «1. La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas. 2. Los Estatutos podrán reconocer banderas y enseñas propias de las Comunidades Autónomas. Estas se utilizarán junto a la bandera de España en sus edificios públicos y en sus actos oficiales».
A mayores, la Ley 39/1981, de 28 de octubre, por la que se regula el uso de la bandera de España y el de otras banderas y enseñas, dispone otras cuestiones interesantes.
El artículo 1 de dicha ley ya empieza aclarando lo más trascendental, y es que «la bandera de España simboliza la nación; es signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución«. Esto es, no simboliza una ideología política, si no soberanía, independencia, unidad e integridad; precisamente lo contrario a lo que actualmente representa.
El artículo 8 es, sin duda, el más relevante y el más ignorado por los políticos españoles, en particular, de la derecha, como a continuación explicaremos. Dice que «se prohíbe la utilización en la bandera de España de cualesquiera símbolos o siglas de partidos políticos, sindicatos, asociaciones o entidades privadas«.
Este precepto se cumple en la medida en que ningún partido político incluye ni los colores, ni los símbolos de la bandera española en sus siglas o en su logo.
Pero no se respeta el modo en que se auto-atribuyen la bandera amparándose en su ideología política, tal y como explicaremos a continuación.
Los partidos políticos de la derecha han enarbolado sin pudor la bandera española, utilizándola para sus fines políticos y aprovechándose de la situación de Cataluña a raíz de los recientes conflictos surgidos con motivo de las ansias de independencia de ciertos partidos catalanes, que en absoluto representan a la izquierda, puesto que existen partidos de la derecha catalana que también apoyan dicha independencia.
Se escudaron en la bandera de España para vender un discurso nacionalista y patriota que parte de la población ha comprado, sin tan siquiera consultar el programa de cada uno de los partidos políticos de la derecha, deslumbrados por los colores de la bandera y convencidos de que son los únicos que van a velar por España, cuando nada más lejos de la realidad, porque tan españoles son unos como otros.
La utilización de la bandera de España es un recurso visual que cala en la población. No se necesita leer un programa político ni mayor interés de informarse ni contrastar datos por parte de los ciudadanos perezosos, indignados con los sucesos acontecidos en Cataluña, porque a simple vista se ven los colores de España, señal del falso patriotismo que desbordan estos partidos, cuando en verdad no es más que un señuelo para conseguir el voto de los más despistados.
La izquierda tampoco ha sabido frenar esta campaña de patriotismo nacionalista español. No ha estado a la altura de las circunstancias al avergonzarse de una bandera que solo se alza en mítines, actos políticos o manifestaciones de la derecha.
La bandera de España no se saca en manifestaciones feministas, de lucha por derechos sociales o laborales, por el aborto, en los desahucios, por causas medioambientales, tampoco en manifestaciones en favor de las pensiones, ni por crímenes de violencia de género, ni tan siquiera en el Orgullo Gay.
No se saca en estas circunstancias porque la derecha no apoya el sentido de las manifestaciones aquí mencionadas. Pero, ¿qué importa que la derecha no respalde este tipo de manifestaciones para acudir con la bandera de nuestro país? La bandera española debiera ser de la izquierda, y también de la derecha. Si la bandera se alza en manifestaciones de la derecha, también debiera alzarse de igual modo en manifestaciones de la izquierda, porque todos somos igual de españoles. O, mejor aún, hacer uso correcto de la bandera dejándola en casa.
La derecha ha cogido la bandera, y la izquierda se la ha entregado de buen grado.
Muchos se preguntarán porqué la izquierda se avergüenza de la bandera de España. No hay respuesta para ello, porque no hay motivo para avergonzarse de un trapo con colores, más allá del uso malogrado que se le brinde. Sencillamente, la izquierda ha quedado huérfana de bandera; así lo ha permitido, y así se la han arrebatado.
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Buenos días. Felicidades por el artículo. No sabía yo lo del Artículo 8. ¿Podría denunciarse entonces?
Muchas gracias por sus palabras.
Recordamos las palabras del artículo 8, que dispone que «se prohíbe la utilización en la bandera de España de cualesquiera símbolos o siglas de partidos políticos (...)«. El caso es que los partidos políticos, asesorados jurídicamente como están y conocedores de esta disposición, son cuidadosos a la hora de elaborar su logo y elegir el propio nombre del partido. Podemos decir que no se incumple en ese aspecto lo manifestado en el mencionado precepto, ya que no figuran ni los colores ni el escudo en sus logos ni siglas. Así que, en sentido estricto, no es algo denunciable. De serlo, ya se hubiera hecho o, directamente, no se hubiera podido constituir el partido por incumplir este requisito.
Los partidos políticos se limitan a agenciarse la bandera de España en función de su ideología política, algo impensable en otros países. Si bien no la incluyen en sus siglas y logos, la utilizan para sus propios fines partidistas obteniendo idénticos resultados.
Un saludo.