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¿Cómo ser abogado penalista?
No falla, en todas las películas de abogados hay prisiones, juicios que ponen los pelos de punta y alegaciones más propias de un guión de Hollywood que de otra cosa. Y es que en la gran pantalla los abogados penalistas son “los reyes”; sea por las recurrentes menciones a las “cadenas perpetuas”, a los casos con asesinatos o a delitos económicos que ríete tú de Madoff. Ahora bien, ¿qué hace realmente un abogado penalista y qué hay que estudiar para ser uno? Una pista: su día a día no siempre está en los estrados.
Tareas de un abogado penalista
Los abogados penalistas son aquellos que se especializan en el estudio y la aplicación del Derecho Penal en sus diversas ramificaciones (económica, criminal, ciberdelincuencia, etc.). Pero ojo, no solamente se centran en el procesamiento, sea en la defensa o en la acusación, ya que también actúan como asesores; especialmente en el ámbito económico. Están mucho “en despacho”.
Los abogados especializados en derecho penal económico habitualmente trabajan con grandes fortunas y empresarios, acompañándolos en el desarrollo y ejecución de negocios que, debido a su naturaleza, están muy regulados por la Ley y/o están en los límites de esta; y que por ende deben ser llevados a cabo con minuciosidad para no tener problemas con el fisco, otros estamentos públicos o los derechos de otras empresas o personas. En gran medida actúan como fuerza preventiva para evitar posibles delitos.
Dentro del derecho penal también se encuentran los abogados especializados en robos, delitos contra la salud pública, delitos contra la integridad física y un largo etcétera. Como podéis ver el ámbito penal es realmente extenso, y por la naturaleza de los procesos en los que se ven implicados sus profesionales, complejo y delicado. De ahí que una buena formación sea clave para poder representar a los clientes de la manera más adecuada.
Especialidades del Derecho Penal
Dentro del Derecho Penal hay muchísimas ramas de especialización. Las principales son:
Abogados especializados en robos: en este caso los abogados penalistas actúan en defensa de las personas que cometen un delito relacionado con las diversas vías de apropiación indebida.
Abogados especializados en acoso laboral: todo lo relacionado con mobbing o conductas de hostigamiento, provengan de instancias superiores o no.
Abogados especializados en violencia de género: la Ley es cada vez más compleja en este ámbito, por lo que se ha hecho necesaria la especialización para poder proteger mejor los intereses de los clientes que sufren (y ejecutan) delitos relacionados con la violencia de género.
Abogados especializados en lesiones: estos profesionales se encargan de velar por los derechos de quienes han sufrido una agresión, y también por los de quienes hayan infringido una.
Abogados especializados en tráfico de drogas: gran parte de los presos que hay en España están entre rejas a causa de delitos relacionados con las drogas. Los abogados especializados en tráfico de drogas velan por sus intereses y tratan de buscar los mejores acuerdos o sentencias.
Abogados especializados en delitos económicos: este tipo de abogados se encargan de defender a los delincuentes de “cuello blanco”; es decir, a aquellas personas que han cometido evasión de capitales, blanqueamiento, fraude fiscal y similares (por lo general a gran escala). Es de las especialidades más complejas y, a su vez, mejor pagadas.
¿Qué hay que estudiar para ser abogado penalista?
Los abogados penalistas tienen una formación extensa que comienza con la carrera de Derecho, que es la que les da los conocimientos básicos de todo el espectro jurídico de España. Después, para poder representar a sus clientes, necesitan cursar el Máster en Acceso a la Abogacía; que en ciertas universidades se combina con un segundo máster, más enfocado en el derecho penal. Cuando no es el caso lo habitual es complementar estudios con un postgrado en esta rama.
Ahora bien, como hemos visto más arriba el Derecho Penal es muy amplio; de ahí que no se suela acabar la formación en ese punto. Es habitual realizar otro postgrado centrándose en alguna de sus especialidades; ahí está la clave de los mejores abogados penalistas de España. Hay másteres y postgrados en delitos financieros, criminalística (que puede ser la propia carrera), ciberdelincuencia, violencia de género y un largo etcétera.
Más allá de la formación básica hay que tener en cuenta que los abogados penalistas deben estar constantemente actualizados, ya que la legislación cambia constantemente. Por ello siempre deben estar al tanto de las novedades, realizando cursos de actualización periódicos y revisando fuentes de jurisprudencia. Los mejores abogados penalistas no han conseguido esa posición por haberse quedado en su zona de confort, sino por esforzarse en el día a día para poder aprender más y representar mejor a sus clientes.
¿Cuánto cobra un abogado penalista?
El salario de un abogado penalista varía mucho dependiendo de los estudios que tenga, de su experiencia, del despacho para el que trabaje y de la posición que tenga en este. También puede influir la ciudad donde viva y, a día de hoy, la popularidad que tenga. Esto último depende de si es conocido en Internet o de si ha participado en procesos mediáticos donde se diga y repita su nombre en TV.
El sueldo de un abogado penalista junior (con poca experiencia), comienza aproximadamente en los 25.000/30.000 euros brutos anuales. Al cabo de 2 años puede subir a los 40.000 euros brutos, y con 5 años de experiencia es factible que pueda superar los 60.000 euros brutos anuales. En profesionales con más de 10 años de experiencia, con perfiles senior asentados y prestando sus servicios para bufetes de renombre, las retribuciones pueden ser superiores a los 100.000 euros brutos anuales.
El salario de los abogados penalistas que deciden ir por su cuenta también puede variar mucho: desde 30.000 o 40.000 euros brutos anuales hasta millones (dueños de despachos importantes).
Estoy de acuerdo en que un abogado penalista varía mucho dependiendo de los estudios que tenga, de su experiencia, del despacho para el que trabaje y de la posición que tenga en este