El Congreso de los Diputados, con 202 votos a favor, 141 en contra y dos abstenciones, ha aprobado la ley del suicidio asistido promovida por el PSOE, que entrará en vigor dentro de tres meses. La iniciativa, que volvía del Senado después de que se incorporaran varias enmiendas de carácter técnico, ha sido finalmente ratificada. Ya en su momento el Congreso, en una primera votación, había salido favorable con 198 votos a favor, 138 en contra de PP y Vox y 2 abstenciones.

¿Cuál es el contenido de dicha ley orgánica que regula el suicidio asistido? ¿Cuáles son las garantías que ofrece a los pacientes?

Este nuevo derecho incluido en la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud, esto es, mediante financiación pública, será una realidad a partir de junio, cuando se cumplan tres meses desde la publicación de la ley en el BOE.

Así, España reconoce este jueves un nuevo derecho, el de la muerte digna. Una gran mayoría del Congreso ha aprobado de forma definitiva la ley orgánica de regulación y despenalización de la eutanasia. PP y Vox se han quedado solos en su rechazo a una norma muy demandada por la sociedad y que ha aunado el consenso de casi todo el arco parlamentario.

Con la aprobación de la norma, España se incorpora a un escueto grupo de países en los que la eutanasia está regulada. Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Canadá aplican esta práctica, uniéndose ahora España como uno de los primeros países del mundo que regulan la eutanasia.

El debate ha transcurrido por las Cámaras con PP, UPN y Vox pidiendo una ley de paliativos que ninguno ha presentado, como si éstos no se vinieran aplicando ya, y afirmando que con esta norma se legaliza el asesinato.

El PP y Vox han insistido sin ninguna novedad en sus argumentos vacíos y carentes de la más mínima empatía en contra de una ley que, según ellos, actuará como un efecto llamada para las personas más vulnerables, según el popular José Ignacio Echaniz. Mientras que Lourdes Méndez, de Vox, ha acusado directamente a los proponentes de implantar la cultura del descarte y de la muerte. Vox ya ha anunciado que va a recurrir la norma ante el Tribunal Constitucional, y ha advertido de que si llega al poder la derogaría.

El exministro del PP y portavoz de la Asamblea por la Vida, Jaime Mayor Oreja, ha tenido a bien comparar esta norma con la socialización del miedo que ETA propició en su etapa en el País Vasco. Solo un político con un nivel de perspicacia tal tendría la habilidad de atar cabos tan brillantemente e introducir estos dos conceptos, la organización terrorista ETA y la ley de la eutanasia de 2021, en una misma oración.

Incluso a los obispos les ha parecido buena idea pronunciarse, y han pedido a los españoles que suscriban testamentos vitales donde muestren su rechazo a que se les aplique la eutanasia.

¿Cómo se venía regulando la eutanasia en España antes de su despenalización?

Sea como fuere, el reconocimiento del derecho a la muerte digna logró saltar barreras ideológicas, al unir a toda la izquierda, a Ciudadanos e, incluso, a un partido de orientación cristiana como el PNV.

La aprobación de la ley que despenaliza la eutanasia es un logro para la ciudadanía española. La adquisición del derecho a una muerte digna se trata precisamente de un derecho no de una obligación. De modo que aquellos que no deseen valerse del mismo, pese a cumplir los requisitos, podrán seguir los tratamientos paliativos que ya se vienen ofreciendo. En cambio, la existencia de este derecho recién adquirido permite a aquellos otros tener cuanto menos la alternativa a su sufrimiento de una muerte digna, cuando antes se veían obligados a la resignación de permanecer en unas condiciones de vida inadecuadas.

 

 

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