El Ilustre Colegio de Procuradores de Madrid celebró su tradicional fiesta en honor a su Patrona la Virgen de la Asunción. Al acto acudieron 400 invitados (políticos, empresarios, y todas las personalidades del sector jurídico) y una veintena de medios de comunicación.
Este año, la Junta de Gobierno de los procuradores madrileños adoptó por unanimidad conceder la distinción “Balanza de Oro” al magistrado y presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, «por su extraordinaria contribución al mundo de la judicatura, por su gran implicación con todos los operadores jurídicos, y en concreto con la procura».
Argumentó la concesión del galardón el decano los procuradores madrileños, Gabriel de Diego, destacando del magistrado “su altísima cualificación profesional, dotes de humanidad, sensibilidad con los problemas sociales y brillantez en sus resoluciones.” De Diego finalizó su discurso deseando al magistrado que “esta Balanza de Oro que hoy recibes sirva para reconocer todo lo que has dado a la Justicia y a nuestra sociedad.”
Manuel Marchena abrió con palabras de afecto al recoger su premio “entre la procura y yo hay algo especial”, afirmó, y recordó un consejo que recibió al comenzar su carrera profesional “una de las mejores decisiones que puede tomar un abogado es elegir a su procurador. Te puede condicionar tu trabajo.” Tuvo palabras de agradecimiento y reconocimiento para su familia, y hacia el trabajo de la Sala Segunda y de todos sus compañeros. “Tengo el privilegio, cada mañana, de aprender y desarrollar un aprendizaje intensísimo” aseveró. Finalizó su intervención solicitando que los procuradores tengan “mayor presencia en órganos de Gobierno, y en elaboración de textos legales donde aporten una visión pragmática que se orilla en la elaboración de textos”.
Por su parte, el Consejo General de Procuradores entregó su premio a “La Convivencia y a la Tolerancia” a la presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega; en reconocimiento de su labor de «integración, diálogo» y apoyo a la figura del procurador al frente de la institución. El galardón reconoce «la labor de aquellas personas o instituciones que ha destacado en la defensa de estos dos valores esenciales» y, en el caso de Ortega, se concedió además porque «ha impulsado la acción social de una abogacía libre e independiente, entendida como pieza esencial de de la defensa de los derechos y el acceso a la justicia de todos los ciudadanos, sin distinción de ninguna clase».
Juan Carlos Estévez recordó la necesidad de intentar el tan anhelado Pacto de Estado para la Justicia, “ si ello no fuera posible -afirmó-, al menos pactos puntuales sobre una serie de materias con respecto a las cuales nuestra Justicia no está en condiciones de esperar más tiempo.” Y finalizó afirmando que “la ciudadanía española nunca valorará y agradecerá lo suficiente la calidad de jueces que tiene”.
En su discurso, Victoria Ortega llamó a “cuidar nuestro planeta. La sostenibilidad debe ser el motor de desigualdades inimaginables. En la era de la globalización y nuevas tecnologías, las tecnologías no pueden crearnos desigualdades.” Añadió que deseaba que “la igualdad entre hombres y mujeres sea una realidad. Todos trabajando lo vamos a conseguir. Aspiramos a ello”. Terminó afirmando que “la sociedad no está dispuesta a esperar cien años más para que la igualdad sea una realidad”.