El ex Presidente del Gobierno José María Aznar aseguraba hoy, ante la comisión del Congreso que investiga la presunta financiación ilegal de su partido, que “no existe ninguna caja b” en su partido, y ha negado que cobrara u ordenara el pago de sobresueldos ilegales a dirigentes del PP.

Aznar ha subrayado que en las “más de mil páginas” de la sentencia de la Audiencia Nacional que condenó al PP como partícipe a título lucrativo el pasado mayono hay “ni una sola prueba” de la existencia de esa supuesta contabilidad en negro. Por lo visto, parece que el ex Presidente del Gobierno todavía no se la ha leído.

Preguntado sobre los denominados ‘papeles de Bárcenas’, ha recalcado que tendrá que ser el extesorero del partido quien dé explicaciones sobre esas anotaciones y ha hecho hincapié en que “no existe ninguna caja b”.

“Otra cosa distinta es que haya personas que se hayan situado fuera de la ley o que no hayan sido respetuosa con ella. Desconozco lo que se refiere a esos papeles, cualquier anotación en esos papeles no tiene fundamento”, ha dicho.

Interpelado por el portavoz del PSOE Rafael Simancas sobre si las iniciales ‘JM’ que aparecen en dichos papeles son las suyas, Aznar ha recalcado que nunca ha recibido ni ordenado ningún ingreso de pago que no sea legal. Ha indicado que sí pudo “haber ayudado a personas perseguidas que sufrían los embates del terrorismo y pasaban momentos muy malos y penosos”.

Asimismo, ha explicado que durante su etapa como diputado y como presidente sólo recibió las retribuciones que le correspondían por esos cargos y que así consta en sus declaraciones de la renta de aquella época. Aznar también ha negado que existan pruebas de adjudicaciones ilegales en su partido, más allá de las detectadas en la sentencia del ‘Caso Gürtel’ y que afectan a dos municipios de Madrid.

El expresidente ha hecho hincapié en que siempre que ha tenido que “afrontar un caso de corrupción” ha “actuado tajantemente y de una manera determinante”.

El portavoz del PSOE le ha exigido que pida disculpas a los ciudadanos por el daño que la corrupción de su partido ha hecho a las instituciones españolas. Aznar ha dicho entender que los ciudadanos estén “hartos” de la corrupción y ha señalado que durante su vida política le tocó “sufrir y sobrevivir los momentos más duros de la política”.

“No tengo que pedir perdón por nada, no voy a pedir perdón porque usted me lo pida”, le ha replicado Aznar

Simancas le ha pedido respeto al Congreso y que reconozca que ha sido durante 14 años presidente de un partido “sistémicamente corrupto”. “No solo hay pruebas, sino sentencias, ha subrayado el socialista. Aznar ha reconocido que ha podido haber “personas” en el partido que han cometido actos ilegales, pero ha destacado que eso no significa que el PP sea una organización delictiva en su conjunto, a pesar de que existe una sentencia que lo confirma.

Se ha desvinculado por completo del cabecilla de la red Gürtel Francisco Correa, con el que ha negado tener cualquier relación de “amistad” a pesar de que sí asistió a la boda de su hija en 2002 en San Lorenzo de El Escorial. Ha respondido así a Simancas, que le ha preguntado qué “virtudes” y qué “ventajas valoró” en su día para “fichar” a Correa y de qué lo conocía. “Ni conocía al señor Correa ni contraté al señor Correa. No sé si le produce frustración, pero le contesto”, ha manifestado Aznar. El portavoz del PNV Mikel Legarda y Oskar Matute, de Bildu, han insistido en este asunto y de nuevo Aznar ha marcado distancias con él. “No tuve relación con el señor Correa, no tuve amistad, no le contraté. Más claro y más breve no puedo ser”, ha zanjado.

En cambio, la justicia dice lo contrario. La Audiencia Nacional establece en la sentencia del caso Gürtel que el PP tenía una caja B desde al menos 1989, una estructura «financiera y contable paralela a la oficial» que se nutrió de aportaciones de la trama corrupta. La sentencia de la primera etapa de la trama Gürtel, en la que se condena al PP como responsable a título lucrativo, relata el destino de los fondos que obtenía el grupo de Francisco Correa, que tejió con el PP «una estructura de colaboración estable», pero, en paralelo, un «auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional».

Según el tribunal, parte de los fondos detraídos al erario público por la red de corrupción, «sirvieron para directamente pagar gastos electorales o similares del Partido Popular, o fueron a parar como donaciones finalistas a la llamada ‘Caja B’ del partido».

En ella, añaden los jueces, las partidas «se anotaban informalmente, en ocasiones en simples hojas manuscritas como las correspondientes al acusado Bárcenas». Se hacían constar en esa contabilidad paralela «ingresos y gastos del partido» o en otros casos «cantidades entregadas a personas miembros relevantes del partido».

 

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